Gremios y su rol

El nuevo tiempo que vivimos en Argentina y América Latina nos coloca, como trabajadores, ante el desafió de profundizar el protagonismo jaqueado en la década del 70’ y en los 90’.
En la Argentina de hoy están dadas las condiciones para que los trabajadores, profundicemos la Justicia Social, la Independencia Económica y la Soberanía Politica, exigiendo nuestro derecho a una vida digna y a construir una sociedad mas justa e igualitaria.
Este escenario, encontró su punto de inflexión a finales del 2001 y genero la posibilidad de que discutamos el pleno empleo, el trabajo digno y una justa distribución del ingreso.

Hoy, el Estado ha tomado la iniciativa, con capacidad de gestión que canalice y de respuestas a las demandas sociales. Que al mismo tiempo hace todo lo posible para recuperar la cultura del trabajo. Mas ocupados, más trabajadores regularizados que cuenten con la protección social favorecen a la reconstrucción de la cultura del trabajo, apostando al movimiento sindical fuerte. La debilidad de los sindicatos es uno de los síntomas mas claros de que un país se esta fracturando. Y por el contrario, el protagonismo de los trabajadores organizados es una señal de que una comunidad esta buscando recuperar su cohesión social.

Si hay algo que el sindicalismo argentino ha demostrado desde su formación es su capacidad a los cambios. Esto lo han demostrado al adaptarse al nuevo proyecto económico de inclusión social, y de que manera fueron encontrando los mejores mecanismo de representación de sus trabajadores en las negociaciones salariales y convencionales, las cuales están formando un nuevo conjunto de dirigentes que cambiaran las relaciones laborales de este país.

Así también no debemos dejar de analizar que el modelo de producción keynesiano del pleno empleo, no sea viable, desde un punto de vista practico, pero si desde un punto de vista teórico el cual, puede ser sustituido por la nueva demanda planteado por el “mercado” de crear sociedades de trabajo, que agrupen a distintas modalidades de trabajo instaladas en el mercado socio-productivo heterogéneos, pero capaces, por la acción de las políticas publicas de desarrollo , de empleo y trabajo, y los acuerdos productivos concertados entre el Estado, los empresarios y los movimientos sindicales y de la sociedad civil, de construir economías capaces de planificar dentro de las reglas planteadas por el mercado, pero incidencia en un fuerte concepto inclusivo.

Pareciera que estamos frente a un nuevo contexto complejo de una fase de construcción de sociedades de trabajo en la que confluirían diversos actores, y que obliga a los sindicatos a ampliar las propuestas sociolabolares, un espacio en el que confluyan. Este espacio requiere de políticas públicas, laborales y de formación con alto contenido tecnológico y deben ser sustentadas por una visión común de formar “Fuerza Laboral”, y entiéndase por esta a los trabajadores, aptas para el desarrollo de una economía con cohesión social.

Para ello las organización sindicales, partidos políticos y sociedad civil en su conjunto deben establecer nuevos canales de comunicación entre si, desarrollando relaciones con el fin de expandir un entramado socio-político, interconectado capaz de establecer una interacción permanente con los objetivos del desarrollo productivo.

Estas bases son necesarias para recuperar a la politica gremial con una visión más abarcativa de sus políticas no solo dirigidas, a sus afiliados sino más bien orientadas al espectro de la sociedad en su conjunto.
Esto es colocar la dimensión social y el dialogo social como objetivos generales que al mismo tiempo, observen, al sector productivo, la protección social, las negociaciones laborales, las cuestiones especificas de genero y de jóvenes, vinculando las políticas de empleo y la adecuación en los sistemas jurídicos-laborales.

Este nuevo esquema requiere de dirigentes con amplios conocimientos, no solo de su actividad específica, sino que además deben comprender en contexto político-social en el cual están insertos.

El desarrollo de estas capacidades, no solo le permiten al trabajador desarrollarse como persona sino que además recupera su rol “de ciudadano”. La información y la sociabilizacion de la misma les permiten mejorar sus roles, sean estos como ciudadano, dirigente gremial y/o político. El conocimiento de las construcciones socio-políticas-económicas son insumos que le permiten discernir mejor ante las propuestas de los distintos sectores políticos que componen el arco de la dirigencia nacional, esto se traduce en el mejor entendimiento de las acciones que quieren instaurar. Conociendo su medio y espacio temporal sabrá a ciencia cierta cuales son las políticas que favorecerán su desarrollo personal y profesional como aquellas que depriman su actividad, y por ende lo arrastren al desempleo o a las bajas salariales.

“El pueblo quiere saber de que se trata” decían allá por 1810, hoy el conocimiento es una herramienta indispensable para el mejor desarrollo personal de los habitantes. La apertura de las actividades gremiales hacia la sociedad generan un cambio positivo en la participación politica gremial, esto es, fortalecer la estructura gremial mediante la participación de todos los trabajadores mediante el conocimiento de las actividades gremiales sociales y políticas gestadas por nuestra conducción.
Con una fuerte impronta de convicción y vocación

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